Los expertos en cáncer de Banner MD Anderson Cancer Center tienen una amplia experiencia en el diagnóstico de pacientes con cáncer de hígado y vías biliares y en el desarrollo de planes de tratamiento personalizados para sus necesidades específicas. Si tiene un alto riesgo de cáncer de hígado o de las vías biliares, tiene signos o síntomas o ya ha sido diagnosticado, nuestro atento equipo de especialistas puede ayudarlo.
¿Existen pruebas de detección para los cánceres de hígado y vías biliares?
En este momento, solo las personas con alto riesgo de desarrollar cáncer de hígado necesitan pruebas de detección periódicas.
Una prueba de detección puede detectar el cáncer antes de que muestre síntomas. Tener un mayor riesgo de cáncer de hígado no significa que tendrá la enfermedad. Sin embargo, debe hablar con su doctor acerca de hacerse exámenes de detección regulares si tiene factores de riesgo, como hepatitis B o C crónica o cirrosis. También debe estar familiarizado con su cuerpo para notar cambios como ictericia (un tinte amarillo en la piel) o pérdida de peso.
Su mayor oportunidad de tener un tratamiento exitoso para el cáncer de hígado es encontrarlo temprano.
Desafortunadamente, actualmente no existen métodos de detección del cáncer de las vías biliares para las personas que no tienen síntomas. Dado que los conductos biliares están ubicados en lo profundo del cuerpo, los tumores pequeños son indetectables en los exámenes físicos y ningún análisis de sangre puede detectar de manera confiable el cáncer de los conductos biliares lo suficientemente temprano como para ser útil como prueba de detección.
Pautas de detección del cáncer de hígado para adultos con mayor riesgo
- Ultrasonido hepático cada seis meses
- Análisis de sangre de cáncer de hígado alfa-fetoproteína (AFP) cada seis meses
¿Qué pruebas se utilizan para diagnosticar el cáncer de hígado?
Las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar el cáncer de hígado incluyen:
- Examen físico: su doctor palpará su abdomen en busca de bultos, hinchazón o cambios en el hígado, el bazo y los órganos cercanos. Su doctor también buscará signos de ictericia.
- Análisis de sangre: su doctor analizará su sangre para detectar una sustancia llamada alfafetoproteína (AFP), así como la hepatitis B y C Se encuentran niveles elevados de alfa-fetoproteína en el 50% al 70% de los pacientes con cáncer de hígado.
Además, su doctor deberá ver dónde se encuentra el tumor hepático y si el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo. Para hacer esto, su doctor puede usar una o más de las siguientes pruebas o procedimientos:
- Pruebas de diagnóstico por imágenes: la ecografía, la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética nuclear (RMN) y otras pruebas de diagnóstico por imágenes le permiten a su doctor obtener una imagen tridimensional (3D) del interior de su cuerpo.
- Laparoscopia: bajo sedación, su doctor inserta un tubo delgado a través de una pequeña incisión en el abdomen para observar el hígado.
- Biopsia: su doctor extrae una pequeña muestra de tejido insertando una aguja fina a través de la piel hasta el hígado. La muestra se envía a un laboratorio para buscar células cancerosas.
- Pruebas moleculares: se pueden realizar pruebas de laboratorio para identificar genes específicos, proteínas y otras características del tumor que son útiles para decidir sobre las opciones de tratamiento de terapia dirigida.
¿Qué pruebas se usan para diagnosticar el cáncer de las vías biliares?
Si su doctor cree que usted puede tener cáncer de las vías biliares, se pueden usar una o más de las siguientes pruebas para el diagnóstico:
- Prueba de marcador tumoral: el antígeno carbohidrato (CA) 19-9 es una proteína que las células cancerosas de las vías biliares producen en exceso. Los niveles altos de antígeno carbohidratos 19-9 en la sangre pueden indicar cáncer, pero también pueden indicar otras enfermedades de las vías biliares, como obstrucción o inflamación de las vías biliares.
- Pruebas de función hepática: Los análisis de sangre que miden la función hepática pueden ayudar a determinar qué puede estar causando sus síntomas.
- Pruebas de imágenes: la tomografía computarizada (TC), la ecografía y la resonancia magnética nuclear (RMN), junto con la colangiopancreatografía por resonancia magnética (MRCP), pueden ayudar a su doctor a ver sus órganos internos para buscar signos de cáncer de las vías biliares.
- Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (ERCP): su doctor pasará un tubo delgado y flexible con una pequeña cámara a través de la garganta y el tracto digestivo hasta el intestino delgado para examinar el área donde los conductos biliares se conectan con el intestino delgado.
- Biopsia: su doctor extraerá una pequeña muestra de tejido y la enviará a un laboratorio para buscar células cancerosas. La biopsia se puede tomar durante la CPRE o insertando una aguja delgada a través de la piel hasta el área afectada.
¿Cuál es el pronóstico de un diagnóstico de cáncer de hígado o vías biliares?
El pronóstico, o el pronóstico, para los pacientes a los que se les diagnostica cáncer de hígado o de las vías biliares suele ser malo. Por lo general, a los pacientes se les diagnostican cánceres de hígado y de las vías biliares en etapas avanzadas, lo que limita las opciones de tratamiento disponibles y su éxito. Sin embargo, el diagnóstico temprano mejora drásticamente las posibilidades de supervivencia de los pacientes con cáncer de hígado y vías biliares.
Etapas del cáncer de hígado y vías biliares
Si le han diagnosticado cáncer de hígado o de las vías biliares, su doctor deberá determinar la extensión del cáncer. Este proceso se llama puesta en escena. Identifica el tamaño del tumor, la ubicación y si el cáncer se ha propagado (metástasis).
- Etapa 0 (cáncer de las vías biliares): el cáncer está solo en la mucosa (la capa más interna de células en las vías biliares) y no ha comenzado a crecer hacia las capas más profundas ni se ha diseminado a sitios distantes o a los ganglios linfáticos cercanos.
- Etapa I (1): el tumor está en el hígado o en el conducto biliar, pero no se ha propagado
- Etapa II (2): Hay múltiples tumores pequeños presentes y/o uno o más tumores han crecido hacia el tejido circundante pero no se han propagado a sitios distantes o ganglios linfáticos
- Etapa III (3): varios tumores grandes o un tumor ha llegado a un vaso sangre grande principal y puede haberse diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, pero no a sitios distantes
- Etapa IV (4): el cáncer se diseminó a otras partes del cuerpo
Una vez que su doctor haya identificado la etapa del cáncer de hígado o de las vías biliares, puede comenzar el tratamiento.