El Dr. Steven Cox, doctor en osteopatía (DO, por sus siglas en inglés), es médico de familia en Banner Health Center en Goodyear. Para obtener más información sobre este tema, hable con su doctor o llame al consultorio del Dr. Cox al (623) 474-8101.
Pregunta: Mi hijo comió algunas fresas y más tarde ese día noté un sarpullido alrededor de su boca. ¿Significa esto que ella es alérgica a esta fruta? ¿Debería hacerse la prueba de alergias alimentarias?
Respuesta: La erupción que describe, que se llama dermatitis de contacto perioral, es una reacción alimentaria muy común. Se ve con frecuencia después de que una persona come frutas o verduras que son muy ácidas, como fresas, naranjas y tomates. La mejor manera de abordar esta reacción, especialmente si el sarpullido es de moderado a severo, es simplemente evitar la comida en el futuro. Sin embargo, si el sarpullido es muy leve y desaparece rápidamente, probablemente pueda continuar ofreciéndole el alimento que lo provocó.
Es probable que la reacción de su hija a las fresas sea una intolerancia a los alimentos, lo que puede provocar un sarpullido menor, distensión abdominal, náuseas o diarrea, pero no es una alergia. En el caso de una alergia alimentaria, la persona tendrá una respuesta inmunitaria real que provoca síntomas como hinchazón, sibilancias, urticaria o una reacción grave llamada anafilaxia que afecta a todo el cuerpo. Estos síntomas pueden surgir en minutos u horas después de ingerir un alimento.
Con la intolerancia a los alimentos, la respuesta del cuerpo a los alimentos no está relacionada con el sistema inmunitario y rara vez pone en peligro la vida. Solo alrededor del 5 por ciento de los niños sufren de alergias alimentarias, y las pruebas son una herramienta útil para determinar los alimentos y otros alérgenos a los que un niño puede ser sensible. Sin embargo, las pruebas de alergia solo son necesarias si su hijo ha reaccionado a algo de una manera que indica una respuesta inmunitaria.
El mejor enfoque para controlar cualquier reacción a los alimentos es hablar con su doctor acerca de las respuestas que ha tenido su hijo, para que pueda recibir consejos sobre los cambios o pruebas dietéticos necesarios.